Recomendada semanal: Chungking Express (1994)


Son pocos los directores que desarrollan un estilo visual y narrativo realmente único, que a lo largo del tiempo ya se convierte en una especie de marca registrada, pero que  al mismo tiempo cada vez se siente excepcional, novedoso y refrescante.
Wong Kar-Wai dio sus primeros pasos como guionista en diversas producciones chinas de los años ochenta, para dar finalmente el salto al mando de las cámaras con la película As Tears Go By.

Esta recomendada semanal, Chungking Express (1994), surgió como algo minimalista, un proyecto más bien menor, para liberar tensiones entre medio del rodaje de otra película, Ashes of Time (Dung Che Sai Duk), una épica de acción y artes marciales que le provocó un desgaste de energía tan grande que consideró necesario dejarlo a un lado por un tiempo, durante el periodo de posedición, para dedicarse a filmar este pequeño relato, compuesto originalmente por tres historias, de las cuales aquí se presentan solo dos, y la tercera terminaría convirtiéndose en su próximo proyecto, Fallen Angels, un año más tarde.
Gran parte del crédito visual y artístico también debe recibirlo el estilo único del director de fotografía, el australiano Christopher Doyle, que ha trabajado constantemente junto a Kar-Wai desde su segunda película en el año 90, y que tiene un ojo realmente único e innovador, sobre todo a la hora de considerar diferentes formas de trabajar con la luz y la iluminación en cada segmento.

Chungking Express también está protagonizada por actores que luego aparecen de forma recurrente en la filmografía del director, como el increíble Tony Leung y Takeshi Kaneshiro, y cuenta con la participación estelar de Brigitte Lin, actriz con gran trayectoria en la escena cinematográfica china, que de hecho decide hacer de este su último papel, y la cantante pop Faye Wong, que atrapa completamente con su encanto natural en cada escena.
Filmada totalmente en secuencia, el rodaje demoró solamente 23 días, durante los cuales el guion se iba realizando de forma espontánea en el momento. El resultado son dos historias de amor y melancolía que se desenvuelven como a contrapunto perfecto del ritmo frenético de las las luces de neón en las calles de Hong Kong que, de la mano de Wong Kar-Wai, terminan iluminando cada rincón con colores intensos e inolvidables.


SINOPSISDos historias independientes, o quizá más similares de lo que aparentan, que tienen como protagonistas a dos melancólicos policías de Hong Kong en plena crisis amorosa.


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